TROPIEZO INACEPTABLE

Quinto partido como visitante en este campeonato nacional de liga. Un empate ante el Granada, y cinco derrotas ante el Valencia, Barcelona, Athletic y Getafe. De los quince puntos en juego, sólo se ha podido rescatar uno. Sólo uno. El bagaje es de dos goles anotados contra doce recibidos. Números de descenso. Como dice Manzano: suspenso en todo! 

De la amplia colección de derrotas fuera de casa, la última ante el Geta ha sido la más bochornosa de todas. Si, incluso peor que la manita que se llevó Courtois del Camp Nou. Jugando tres cuartas partes del partido con un hombre más, y poniéndose por delante en el marcador, la dejadez, la torpeza y la falta de actitud han tirado la ocasión por el desagüe. Inaceptable. Tras un arranque bastante decente, la expulsión de Lopo, con penalty incluido, ponía las cosas muy de cara. Anotó Falcao, su séptimo gol en liga, y la victoria se veía venir. Pero no fue así. En lugar de ir arriba a por más, y tratar de sentenciar el partido cuanto antes, el cuadro rojiblanco se instaló en la lentitud y en las posesiones de balón estériles. 

Dos jugadas a balón parado voltearon el marcador cuando apenas iban diez minutos de la segunda parte. Golazo de libre directo de Barrada, protagonista de la noche, antes del descanso, y cabezazo de Michel tras una falta tirada desde el flanco izquierdo del ataque azulón. A partir de allí el esperpento fue total. El juego volvió a lucir plano e inofensivo. No hubo mordiente ni desborde. El ataque por el centro se estrelló una y otra vez con la ordenada defensa del Getafe. Centros al área sin ninguna intención. Ni siquiera los cambios realizados lograron sacar al equipo de la inoperancia reinante. De pura casualidad llegó el empate. Tiro de Domínguez desviado por Valera que pilló a Moyá a contrapie. El gol parecía resucitar las opciones del Atleti, a pesar de estar haciendo un partido mediocre. En la jugada siguiente, una contra de cuatro jugadores del Getafe contra tres defensores colchoneros, terminó con una rigurosa gran penalidad que Diego Castro se encargó de convertir. Partido liquidado. No hubo ni tan siquiera un arreón de ganas e ímpetu en condiciones. 

Los problemas de este Atleti son muchos y diversos. Todos llegan a la misma causa fundamental, y no es otra que la infame gestión y planificación a la que has estado sometido el club durante tantos y tantos años. Ejemplo de ello fue la exhibición de Antonio López en el lateral derecho. Silvio y su pubalgia infinita están creando una situación desesperante. Lo que no es aceptable es que no se haya previsto, en el mercado de verano, la incorporación de otro lateral derecho. No de un parche en el lateral derecho, léase Perea o Antonio López. Me refiero a un jugador que se desempeñe eficientemente en esa demarcación. Pero esto es sólo una raya más en el cuerpo del tigre. 

Y Manzano tampoco se libra de responsabilidad. No ha dado aún con la tecla que impulse al equipo. Más allá de temas tácticos y de sistemas de juego, lo que se requiere con urgencia absoluta es una inyección de motivación y de hambre de triunfo. No va a verse una mejora sustancial mientras los jugadores no se hagan fuertes mentalmente. Hay que intentar ganar todos los puntos en disputa. No sé como se logra, pero un entrenador debe tener entre sus aptitudes la de ser un motivador. 

Viene ahora el parón por partidos internacionales. Habrá tiempo para reflexionar e intentar salir del hoyo. Esperemos que los internacionales vuelvan sanos y a tiempo de preparar el siguiente partido de liga, en casa contra el Levante. Rival peligroso. Dos derrotas consecutivas le han bajado hasta la cuarta posición. Intensidad y orden defensivo son los puntos fuertes del cuadro granota. Justo lo que casi nunca sabemos contrarestar. En condiciones normales debería ser un encuentro sencillo de resolver. Manzano debe tomárselo muy en serio, ya que después vamos de visita al Bernabeu. Uun descalabro en esos dos partidos puede dar fin, de manera prematura, a su segunda etapa al frente de la nave rojiblanca.